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Salud Mental Infantil y del Adolescente
En otro estudio reciente, mi grupo encontró que los niños
pequeños que piensan que están siendo instruidos modifican su
análisis estadís co y se convierten en niños menos crea vos. La
inves gación mostraba a niños de cuatro años un juguete que
podía tocar música si realizaba la secuencia correcta de acciones
sobre de él, como jalar una manija o apretar un bulbo. Para
algunos niños, el inves gador decía “yo no sé cómo este juguete
funciona, vamos a averiguarlo”. El inves gador procedía a
intentar varias secuencias largas para los niños; algunas
finalizaban después de una secuencia corta y hacían música y
otras no. Cuando el inves gador les pedía a los niños hacer el
intento, muchos de ellos tocaban la secuencia correcta,
omi endo de forma astuta acciones que fueran probablemente
superficiales basadas en los ensayos que habían visto
previamente.
Con otros niños, el inves gador les decía que él les enseñaría
como el juguete funcionaba, mostrándoles las secuencias que
producían la música y algunas otras que no la producían. Cuando
se les pedía a los niños hacer que el juguete funcionara, estos
niños no intentaban hacer una secuencia corta (omi endo las
secuencias que no producían música), en lugar de eso, ellos
imitaban la secuencia entera de acciones. ¿Estaban los niños
ignorando las estadís cas de lo que habían visto? Tal vez no, este
comportamiento está claramente descrito en un modelo
Bayesiano en el cual, se espera que el “maestro” elija las
secuencias más adecuadas e instruc vas. En términos simples: si
él conociera secuencias cortas que funcionarán, él no les
Los modelos probabilís cos combinan dos ideas básicas. enseñaría secuencias innecesarias.
Primero, ellos usan las matemá cas para describir las hipótesis
que los niños pueden tener con respecto a las cosas, personas o
palabras. Por ejemplo, podemos representar el conocimiento Bibliogra a:
Alison Gopnik.scien fic american. july 2010. w.w.w.scien c american.com
causal en el niño como un mapa de relaciones causales entre
eventos. Una flecha puede apuntar desde “presiona la palanca
azul” a “el pato saltará” para representar esa hipótesis. Segundo,
los programas sistemá camente relacionan la hipótesis a la
probabilidad de diferentes patrones de eventos, el po de
patrones que emerge desde la experimentación y el análisis
estadís co en la ciencia. La hipótesis que se amolda mejor a los
datos que se proporcionan es la hipótesis por la que más se
declinará. Yo he argumentado que los cerebros de los niños
pueden relacionar hipótesis acerca del mundo a patrones de
probabilidad en un modo similar. Los niños razonan en formas
complejas y su les que no pueden ser explicadas por simples
asociaciones o reglas.
Además, cuando los niños inconscientemente usan este análisis
estadís co Bayesiano, ellos pueden ser mejores que los adultos
en considerar posibilidades inusuales. En un estudio presentado
en una conferencia, mis colegas y yo demostramos el
experimento de cómo usan las estadís cas niños de cuatro años.
Estos niños eran mejores que los adultos al considerar una
estructura causal inusual. Los adultos parecían relacionar más
con algún conocimiento previo que las cosas usualmente no
trabajaban de esa manera, aún cuando la evidencia implicaba que
se podía usar de diferente forma en el experimento que tenían
enfrente de ellos.
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